jueves, 14 de agosto de 2014

1ª ETAPA. CADIZ - NORTE

"Mientras nos olvidamos del pasado y tememos por el futuro, se nos escapa el presente"

DESDE CADIZ A GIJON

                       
                                 Por fin llegó el día y a las 06:30 dejo mi puerto base, Deportivo de Gallineras. Toda la ilusión del mundo por delante y mi proa ya surca el caño. Son las 07:15 h. cuando tengo ya la mayor arriba y bien tensa, abro la génova y pongo un 300º descarado para ceñir por babor, pues tengo un W. flojo que me da unos 5 nuditos. Me dedico a contemplar la mañana que es sosa, neblinosa y con  intenciones de llover.                 
                        Cuando empieza la tarde, la mar se pone de NO.- Justo mi rumbo- y tengo que empezar a hacer bordadas a tierra y mar para avanzar. Sobre las 15:00 h. crece a fuerza 5 y luego a 6 para darme una bienvenida de escándalo a esto de navegar en solitario. Un plátano fue mi comida en todo el día.


UNA DE MENEITO PARA ABRIR BOCA

                 Cuando la mar se pone fea, tienes que moverte a bordo como un chimpancé en una jaula, o sea, colgándote y agarrándote a todo casi sin pisar la cubierta a veces. Cada acción exige un doble o triple esfuerzo, llega a ser agotador. No te acuestas, te tiras al catre. Pero eso adelgaza, curte y te pone en forma.
                  A veces discuten la ciencia y la conciencia sobre cómo llevar tanto agotamiento físico y moral cuando todo se te pone en contra o a “la mala” en argot náutico. Es bueno mantener el equilibrio entre ambas discusiones internas haciendo uso de la calma y la paciencia que sumado al sentido común, suelen sacarte de los malos tragos.
                  Cabreado con tanta mala mar y tanto salto, decido poner rumbo Vila Real y meterme en el club portugués que tienen una hora menos y la vergüenza de contestar por VHF. A las 24:00 h. española, estoy atracado en Marina do Guadiana.
                  La segunda etapa del viaje fue entre Ayamonte y Sines. Salgo de noche para  aprovechar algo de SW. que hacía, pero pronto se vuelve calma y pongo motor con rumbo directo a S. Vicente. De madrugada, frente a Tavira me engancho en una guía de una granja marina que andaba por allí suelta. Tras una hora de intentos y desnudo ya dispuesto a bañarme para sacarla de la hélice, se me ocurre alargar el bichero y empujando con una mano hacia abajo y con la otra usando el brus para accionar el embrague, paso el barco de nuevo por encima de aquel enorme cabo. Amanece y me despierta de una cabezada el motor de un pesquero que tenía ya cerca de popa.
GRACIAS POR DESPERTARME   
                  La mar me compensa tan mala noche con un S. flojito que aprovecho para pasar por D. Vicente (ya nos conocemos bastante el cabo y yo). Al que brindo siempre que paso con un Wiskito, pero siendo mediodía, esta vez fue con Rebujito. Luego vino algo mejor el viento pero siempre de aleta. Así que diez horas de timón a mano hasta llegar sobre las 22:30 a Sines.
                Sines es el único puerto en esa franja de millas que van desde S. Vicente a prácticamente la boca de Lisboa, también merece la pena visitarlo por ser la cuna de Vasco da Gama, gran navegante y descubridor. Aparte de ser una bonita ciudad llamada a ser el puerto de entrada atlántico cuando la Merkel nos deje hacer el eje Atlántico hacia el centro de esa Europa que se ha apropiado; se come de maravilla y a buen precio.
                Son las 23: h. cuando salgo rumbo a Figueira do Foz y la corredera ya esta en 245 millas navegadas, ya mi cuerpo se va adaptando al meneo. A las 04:00 h. tengo ya Espichel por Er, proliferan por esta zona las granjas marinas ¡Ojo!. En las cornisas casi cuelgan  pequeños pueblecitos que tienen que ser preciosos, entre Cascais y Sintra hay verdaderas maravillas. Ya de tarde todo se nubla, llega la noche y llueve como nunca he visto en la mar, apenas se distingue nada y las luces de la ciudad que me guiaban desaparecen como por encanto. ¡Cuánto tardan en pasar las millas en estos momentos!. Pero todo "pasa y todo llega" y a las 01:30 h. atraco en Figueira, no aparece nadie, así que me entrego al reino de Morfeo.
                 En Figueira paso dos días esperando que cambie el incesante norte que reina en esta costa. Aprovecho para hacer algo de turismo en profundidad aunque el mejor en estos sitios es el culinario. Pero el viento apenas fluctúa y hay que subir, pues a medio plazo se vislumbran del SW. ya entre Portugal y Galicia. Así que a la caída de la tarde salgo con unas brisas que pronto se convierten en calmas. Motor y las r.p.m. económicas de rigor.


                 Todos los días han venido los delfines a visitarme. Es maravilloso ver cómo las madres conducen a sus crías bajo su vientre para enseñarlas a cruzar mi quilla, algunos salen y saludan con ese pitido que emiten. Algún día seremos capaces de comprenderlos y hacerles caso. Podrían llegar a ser nuestros políticos del futuro y con estos que tenemos, haríamos pienso para alimentarlos - previa desinfección claro -.


Siempre alegrándote el día


                 Ya amaneciendo la niebla se espesa tanto, que hay que llevar la bocina a mano y subo y bajo constantemente para observar el radar pues estoy en la entrada de Oporto y se oyen ruidos y sirenas por todos lados. Un golpe en seco y caída de velocidad me hacen temer lo peor. Efectivamente había enganchado algo abajo de nuevo. Tras analizarlo todo, veo que el barco me da unos tres nudos con el motor a régimen, sospecho de un cabo fino o plástico y me dirijo a Marina de Leixoes en Oporto. para reparar. Una vez atracado el marinero me ofrece los servicios de un buzo, pues está totalmente prohibido meterse al agua en puerto. Llegado a un pacto, viene el chico y me saca una manta plástica de mas de dos metros que envolvía la hélice. Bueno, de los males el mejor. Habrá que observar eje y bocina y seguir al norte.
                 
Salgo de Oporto a la caída de la tarde y pongo rumbo a Finisterre. Ya a las 00: h. del día siguiente la corredera marca 540 millas navegadas, pero con ¡Cuánto trabajo!. De madrugada todo son calmas y de vez en cuando aparecen unas brisas que no ayudan en nada. Amaneciendo vuelven los delfines, esta vez es una familia de al menos cien, saltan, juegan, se acercan, se van; y todo en medio de una niebla despampanante.
                  A las 12: h. paso Finisterre, también le tocó "rebujito" para saludarle. Al poco salta el SW. esperado, pero con toda la mala leche del mundo; me hace coger 9/10 nudos, pero me tiene casi 8 h. al timón a mano, pues "Pito" con mar de popa no controla y la ola llega a ser de 3 metros en las Sisargas. A las 22 h. ya  estoy atracando en el RCN. de A Coruña. donde mi gran amigo Juan me había reservado un buen atraque y en el centro de tan maravillosa ciudad.

                          Tres días después y ya con los huesos en su sitio otra vez, salgo con destino a Gijón. Quería probar en esta travesía cierto "apaño" que hice en la bocina, algo tocada por las vibraciones tras pillar el maldito plástico; también porque es otra ciudad que me tiene enamorado, y su puerto deportivo puede ser de los mejores y mas bonitos de este país.
                   La navegación se hace un poco incomoda pues existe una mar de fondo remanente de 2 a 3 metros casi opuesta al viento, lo que hace que el barco tenga el "Mal de Sambito" y me va moliendo los riñones. LLego al día siguiente sobre las 20:30 h. después de admirar desde la mar Luarca y Luanco, ya duchado y dispuesto a cenar algo y visitar a mis amigos del pub 4.70, donde me encuentro como pez en el agua.
                   La noche siguiente, conocí lo que es una Galerna cantábrica. Estaba en el 4.70 cuando de pronto veo que el cielo ennegrece súbitamente y que las sombrillas vuelan, corro hacia el barco y cuando llego ya había un meneo de escándalo; todos las tripulaciones estaban ya reforzando amarras y asegurando los barcos, ayudando a los que estaban solo como yo. Muchas banderas diferentes, pero toda una gran y solidaria familia. La mar llegó a saltar por la escollera de protección, un dantesco espectáculo que duró apenas tres horas.
Situación WILL AIDA la mar saltó la escollera.


                       Hasta ahora, todo el trayecto ha sido pura rutina. Cuando deje Gijón con rumbo a Brest, empieza la aventura.



RUTA E INIDENCIAS


 LA SEGUNDA ETAPA LA PUBLICARE SI LLEGO A  L- 000º 00´00".