miércoles, 20 de agosto de 2014

DESDE GIJON A DONDE ME AGUANTE EL CUERPO

2ª ETAPA  GIJON - CANAL DE LA MANCHA.

"Si el viento arrecia, te cansas. Si calma te desesperas"  

                            

                                 Por fin sobre las doce me llega el paquete con las cartas del canal, nuevas; ya que las que tenía a  bordo se habían desmagnetizado, -menos mal que las probé antes en puerto-. Llegar a Brest y encontrarte que no tienes nada para sortear aquel mare-magnum de islotes y canales sin información previa, tiene que ser para darse al vuelta.

                  De Gijón cuesta trabajo irse, pero había que seguir subiendo. Pico algo y me despido de aquella encantadora gente. Ya sobre las 14 h., salgo de puerto con un rumbo 0º o sea, norte pelao y mondao . Las previsiones daban un NE de 10/15 nudos, así que aprovecho para ganar oeste porque en los siguientes partes solo daban nortes y suaves.
ALGUNAS VECES LA METEO....
Pero de lo dicho por varios programas de meteo, ni lo más parecido con la realidad. Ya a las 18 h. había Nnw. fuerza 5 y con una mar de fondo del W. de entre 2/3 metros. Toda la noche de mala mar y termino trabajando con ½ Génova y dos rizos en la mayor, así hasta el orto del astro rey.

                  Una amanecida tras una noche de temporal te parece un regalo del cielo, un día más para admirar cuanto te regala la naturaleza. Si entonces calma, ese café que has deseado prepararte toda la noche, te sabe a gloria bendita. Acomodas los huesos entre sus carnes y todo parece empezar de nuevo. Pero pronto todo se nubla y parece que por estos lares no va haber verano este año. Hace frio en cubierta 15/17º y tengo que echar mano de ropa invernal. Es curioso, pero en 24 h. no he visto ningún barco. Hasta los albatros y petreles que de vez en cuando venían a visitar mi muestra en el curry ya no aparecen.

                   Ya por la  tarde amaina el viento y me sorprende un carguero francés, que al ver mi bandera belga me contacta por el 16 y me da muy educadamente las buenas tardes, para preguntarme por mi rumbo, pues creo que me creían perdido. Como puedo, les explico que soy español y que la bandera es de conveniencia y le comento en ingles mis planes. Me desean suerte y siguen a lo suyo. Aquella noche había empujado tanto el viento que veo en corredera 136 millas en la singladura.

                   Nunca tuve miedo de verme solo en medio de la mar, lo prefiero a una autopista llena de torpes y locos. En la mar todo el mundo cuida mucho las reglas; pero dos días seguidos sin ver nadie te hace hasta ver fantasmas en tu barco, y tal vez sea que el cansancio te hace elucubrar más de la cuenta y hasta hablar contigo mismo. A veces hasta escuchaba ladrar a mi Lara pidiéndome comida.

                   La siguiente noche fue más de los mismo, ni contarla merece. Ya la corredera ha llegado a las mil millas y empieza de nuevo su cuenta. He revisado todas mis opciones de llegar con seguridad a los puertos cercanos y he optado por una de las Marinas  de Lectudy, algo alejada del paso para Brest, pero mas segura.
PUERTO-VILLA DE SAINT MARIE

                   Aquella tarde sufro los inconvenientes de las contrataciones de marinería estivales. Aquel chico se coge a mi balcón de proa y se me queda mirando como enamorado - con lo feo que soy después de 58 horas navegadas sin apenas dormir- le digo que pase el cabo por la bita y me lo devuelva, primero en ingles y luego por signos, pero el tío sigue mirándome y agarrado a la proa como soldado a ella; mientras la popa se me despega del finguer. Corro, salto y casi vuelo por cubierta, hasta que mi vecino se da cuenta y me ayuda. En esto la VHF portátil se me va al agua entre tanto aperreo. Prefiero entrar solo que ya me apaño yo, a coordinar con quien tiene los mismos conocimientos de amarrar un barco, que los que pueda tener un obispo sobre el mundo real. Me ha pasado ya en algunos puertos. La marinería tiene que ser profesional, no vale cualquiera.

                   El pueblo en  el que estoy es precioso, una villa divida en dos por la ría con varios minipuertos de recreo ingeniosamente creados. Se nota ya Europa porque no veo curas, los perros entran en los restaurantes y nadie levanta la voz. Eso si, caro es lo suficiente como para que decidas cenar a bordo.

                  Recuperadas las fuerzas, salgo un día mas tarde con destino a alguna isla del Canal para preparar el cruce. Existe mucho trafico de veleros que bajan y somos dos sólo los que subimos. El paso por Brest se hace esperar porque una corriente me resta casi dos nudos en ese momento y si no vigilo a Pito-2, de vez en cuando me da la vuelta al barco, pues se producen puntas muy fuertes en zonas con remolinos enormes. Ya anochece cuando puedo poner un rumbo NE.,  pero para joderme la meteo, me envía un SW de poca fuerza, pero que sumado a la mar de fondo del mismo signo; lo único que ayuda es a que el piloto descanse y timonee el burro, que soy yo.



 
VISTAS DESDE MI BALCON DE PROA
               Por la mañana aparecen dos pequeñas borrascas y cada una se encarga de cada barco, perdí a mi compañero que me seguía unas millas atrás, dentro de la lluvia que lo envolvía, cuando sin darme cuenta me meto en otra y me empapo de agua dulce durante unas dos horas. Hay que resaltar que esta costa de la Bretaña francesa, impresiona un poco por sus cabos, pero esta generalmente muy bien señalizada con balizas a cada accidente costero que te ayudan mucho. Ya a mediodía, calma todo y salta el O. esperado pero sólo faltan cuatro horas para entrar en Guernsey que es el sitio elegido para reponerme y Yammito - el motor -, se ha cargado casi todo el trabajo el pobre.


CIUDAD PRECIOSA PUERTO FOSA

                  Ya esto es Inglaterra,- confieso que las creía francesas a estas islas- pero no. Se conducen por su izquierda, las mujeres son mas chatas y blancas y ya huele a curry desde el pantalán de espera donde nos tienen hasta las 02:30 h.; para pasar la exclusa del puerto interior. Aquí las diferencias de marea pueden llegar a los nueve metros. Impresiona pues los puertos llegan a parecer fosas.




RUTA AL CANAL

                             Habrá ahora que esperar que pase una borrasca atlántica por el imperio de Su Majestad, para retomar el salto del canal y aproximación a Londres.
              "Algún día encontraré la manera de que  Blogger respete los formatos de texto, o habrá que cambiar de programa. Ni puto caso."

Bye.